Revista Nuevo Siglo. La red terciaria requiere esfuerzo, compromiso pero también innovación tecnológica

Revista Nuevo Siglo

Sin caminos rurales en buenas condiciones no será sencillo aumentar la producción y se dificulta el arraigo rural, la red terciaria requiere esfuerzo, compromiso pero también innovación tecnológica.

La provincia de Santa Fe puso en marcha el programa «Caminos de la Ruralidad» para atender un histórico reclamo del sector productivo, pero también de los pobladores de parajes alejados de los grandes centros urbanos. Recientemente el gobierno nacional otorgó a Santa Fe un financiamiento de 60 millones de pesos para apoyar el plan de conservación de caminos rurales, con el objetivo de “intensificar el desarrollo económico y social y favorecer el arraigo rural mediante el mejoramiento del acceso a las escuelas y el transporte de cargas agrícolas y ganaderas”, señalaron desde el Ministerio de Agricultura de la Nación y la cartera productiva santafesina.

Otro hecho importante fue la constitución de la Asociación Argentina de Caminos Rurales Sustentables (AACRuS) que trabajará en el impulso de una política de caminos verdes, acondicionando los caminos rurales a través de un manejo sustentable.

AACRuS será presidida por el ingeniero agrónomo Daniel Costa, el ing. civil Carlos Casali como secretario y el ing. agron. Mario Monti como tesorero.

Chaco

La provincia del Chaco tiene hace muchos años los Consorcios Camineros que se encargan del mantenimiento de la red terciaria. Los mismos fueron creados ya en el año 1954 con la Ley Nº 93 que da origen a la Dirección de Vialidad Provincial, donde se prevé la creación de los Consorcios Camineros para el Estudio, Construcción, Reconstrucción y Conservación de la red caminera.

Con los años y la falta de recursos nacionales, fueron fundamentales para la comunicación de la provincia. Con la llegada de la democracia se impuso el consenso entre sectores de establecer nuevas normativas para el funcionamiento de los Consorcios Camineros, fue así que llegó la Ley N° 3565 sancionada el 23/05/90 “Consorcios Camineros, naturaleza y finalidad”. que estableció el régimen de funcionamiento, quienes pueden y deben integrarlo, sus objetivos, recursos y su funcionamiento como entidad civil sin fines de lucro. Con fecha 12/07/1991 se firma el Decreto 709 que reglamenta la ley.

Con los años habrá varias modificatorias, años 2001, 2002, 2011 y 2012 que tuvieron por objetivo acomodar el funcionamiento de los consorcios ante los nuevos tiempos y nuevos desafíos.

Los distintos consorcios están agrupados en la Asociación de Consorcios Camineros del Chaco, y se siguen sumando nuevas organizaciones con el desafío de mantener y de abrir nuevos caminos en territorio chaqueño.

Desafío

La sustentabilidad no es un término que sólo se aplica a la producción, también al manejo de las vías de comunicación por donde sale esa producción. Los cambios de paradigmas en la agricultura y la ganadería hacen replantear el manejo tradicional de los caminos de tierra. Ya sea por la génesis misma de los suelos o por el manejo tradicional de los mismos.

Los déficit o excesos de lluvias, normales en algunas zonas, atribuibles al cambio climático en otras, asi como impactan en las cosechas y en el bolsillo de los productores, también lo hacen en los caminos y en las estructuras creadas para mantenerlos, ya sean estatales o no, esto claramente marca la necesidad de un replanteo y de la búsqueda de nuevas herramientas y tecnologías (que paradójicamente muchas veces no son nuevas, sino que solo fueron dejadas de lado) para una gestión más eficiente de los caminos rurales.

Este tema lo vamos a desarrollar en las próximas páginas tomando como base el análisis hecho por «Caminos Rurales Sustentables», que es una organización sin fines de lucro integrada por una red de actores vinculados a los caminos rurales como oficinas gubernamentales, municipios y comunas, organizaciones de productores y de profesionales,
productores y profesionales independientes, universidades e instituciones educativas que con el interés de mantener una red de caminos rurales transitables mediante prácticas sostenibles promueven un nuevo paradigma en la conservación y mantenimiento de caminos con calzada natural capaces de prestar los servicios que los actuales niveles de producción demandan. Si bien ya se está poniendo en marcha en suelo santafesino, es bueno conocer la experiencia y generar interrelaciones estratégicas con distintos territorios.

Con solo mirar el constante trabajo de los operarios de las divisiones de Vialidad, de los Consorcios Camineros, y hasta productores, es posible hacerse una idea de como ha sido el manejo del suelo vial en las últimas décadas, y el resultado no es alentador.

Caminos que se cortan, que terminan siendo verdaderos canales en épocas de excesos hídricos, que se vuelan con el tránsito en épocas de sequía, que terminan complicando a la producción y a la vida misma de las familias rurales, ¿porqué ocurre esto si el trabajo suele ser intenso para mantenerlos?

NUEVO SIGLO dialogó con el Ing. Agrónomo Daniel Costa, presidente de AACRuS Asociación Civil para ahondar en la propuesta que pusieron en marcha en Santa Fe, «las trazas de los caminos transcurren por lomas, bajos, zonas con napas cercanas o en superficie según épocas, con suelos de diferentes tipos, pendientes, etc, por ello no todo camino es lo mismo.

Hay que aprender a leer los caminos, analizarlos a cada uno con sus particularidades y contexto ambiental en el que se encuentran. Tanto las áreas productivas como las viales están expuestas a fenómenos climáticos con episodios cada vez más extremos tanto en cantidad como intensidad de precipitaciones, inundaciones, sequías, vientos intensos», explica nuestro entrevistado.

Agua

El profesional recordó que el entorno productivo se modificó en las últimas décadas, y como consecuencia disminuyó la capacidad de infiltración, retención y consumo de agua por cultivos en el suelo. Para tener noción de las proporciones, se reproduce en el gráfico 1 información recabada del INTA Marcos Juárez a modo de ejemplo.

CultivoConsumo de agua (mm/año)
Monte2.000
Alfalfa1.800
Soja, maíz, etc450
Trigo – soja900
Gráfico1. Desde el punto de vista del consumo de agua, una alfalfa o una pastura, equivalen a lo que consumen cuatro cultivos de soja.

En cuanto a la infiltración, una pastura tiene una capacidad promedio de 70 a 100 mm/hora, un cultivo de grano en rotación (por ejemplo soja) 30 mm/hora y en monocultivo cae a 9 mm/hora, desde luego hasta saturación del suelo.

«Está claro entonces que el área destinada a las zonas de camino -entre alambrados- recibe mayor volumen de agua por los efectos de mayores lluvias en general, agravado por el menor consumo, capacidad de infiltración y retención de agua del área productiva con predominancia de cultivos anuales», sostiene Costa.

Es muy común ver que con el tiempo los caminos terminan convirtiendo en verdaderos canales, «es imprescindible resolver los problemas hídricos de las cuencas que atraviesan los caminos rurales, de modo que las aguas sean conducidas por canales oficiales proyectados y ejecutados por los organismos oficiales pertinentes, no afectando drásticamente la transitabilidad de los mismos al ser utilizados como canales», plantea nuestro entrevistado, mencionando que en el otro extremo están las sequías, con episodios de mayor intensidad y vientos que agravan la voladura de los suelos de las calzadas naturales.

¿Mantenimiento?

En un documento generado por AACRUS se analiza como se ha venido haciendo el mantenimiento de los caminos de manera histórica «Las acciones que llevamos a cabo dentro de las zonas de camino, que incluyen calzada, banquinas, cunetas y veredas, desde hace aproximadamente 60 años son:

  • Borrado de huellas.
  • Perfilado de la calzada para dejar el camino en condiciones de transitabilidad.
  • Repaso.
  • Perfecto perfilado y abovedamiento del terraplén, con la extracción lateral de 1 ó 2 surcos por cuneta, previa limpieza de la misma.
  • Reconstrucción.
  • Adecuación de desagües y conformación del terraplén mediante la extracción lateral de 3 a 5 surcos por cuneta y limpieza de la zona de camino, fuera de los desagües laterales y calzada propiamente dicha».

Para Costa, «con este sistema, la valoración que se hace de la gestión vial para mantener arreglados los caminos rurales, es la velocidad con la que acudimos con los equipos viales (tractor y disco, motoniveladora, etc) luego del huelleo o roturas en las calzadas, con cada lluvia, para rasgar el cuerpo de los caminos», afirmando que en realidad no es mantenimiento lo que se hace, «los estamos deprimiendo entre uno y dos centímetros ó más promedio por año con este sistema.

Por lo tanto, poniendo la variable tiempo en juego, es falsa la idea o percepción de que estamos manteniendo los caminos, sino que los estamos deteriorando».